martes, 22 de enero de 2008

ARENAL DE SEVILLA Y OLE, TORRE DE "LORO" CAP. 1


Todo comenzaba en la que últimamente va siendo mi segunda casa, la antigua Emérita Augusta, llegábamos Iñaki, Lara y un servidor a eso de las tres de la tarde para reencontrarnos con el resto de compis para iniciar nuestro camino a la antigua Híspalis. Ya en Mérida se sucedían las primeras anécdotas de las muchas que nos acompañarían durante el fin de semana, decididos a comer en el foro para proceder a darle la vuelta entera buscando un aposento acorde a todos los asistentes, vamos que acabamos volviendo al mismo bar que estábamos para comer allí. Terminada la comida y la consiguiente sobremesa nos disponemos a partir hacia el lugar del delito, es cuando nuestro Antonio David particular, como bien lo denomina kurdo, decide montarse en un coche igual que el suyo pero que no podía abrir, fue un minuto de intentona sin resultado, el coche no abría, se resistía, risas varias y un alma caritativa que le indica que ese coche no es el suyo llevan al amigo Juanra a darse cuenta que su coche está aparcado 10 metros mas allá y que había intentado sin éxito usurpar un vehículo que no era el suyo, ¡joder ya decía yo que en este coche había muchos papeles que no son míos!, exclamo, mientras los allí presentes nos partíamos de risa.

El camino continua con la separación lógica de los que corren mas y los que corren menos con el coche, el que mas corría era Antonio David acostumbrado a perseguir a los delincuentes comunes, es entonces cuando el indocumentado este decide pararse en un restaurante a tomar un café, un restaurante que termina subiendo la media fanega con un carril de vehículos lentos y por el cual Jorge Amado, nuestro diputado, y yo, a punto estamos de que la fatalidad se apodere de nosotros cuando vemos que terminando el carril y adelantando un camión aparece un personaje vestido de seudo Guardia Civil que nos indicaba adentrarnos hacia la cuneta al lado del restaurante, cruce rápido delante del camión de no sé cuantas toneladas y uyyyyyyy, rozando el desastre.

Eran las siete de la tarde cuando llegamos al hotel que yo lo más parecido que había visto en mi vida era, bueno no había visto nada parecido. Nos acreditamos soltamos nuestros bultos y procedemos a la clase magistral de nuestra enmendante profesora Cristina, yo que estaba un poquito espeso y el del piano de al lado que tocaba los huevos, me hacía pensar por momentos más en un cubata rápido que en lo que me estaban explicando.

Acabadas las clases magistrales tocaba asueto, vamos que tocaba cachondeo, empezamos cenando en una terraza de Sevilla, jamoncito, finito (no de Córdoba), salpicón, mojama y unas huevas que al niño le va a encantar, vamos que estaba todo de muerte, pero empezábamos mal, el fino y el Málaga Virgen hacía estragos en nuestras cabezas, teníamos que pasar a las copitas y para hacerlo nada mejor que en la calle Betis, encontramos el típico pub con primera copa a mitad de precio y con el resto os podéis imaginar, risas, más risas, descojono, aporreo de puerta del servicio (¿Quién estaba dentro?), chupitos, ect…, para terminar en el suelo de la entrada del hotel celebrando un gol imaginario con nuestro próximo diputado nacional, marcado a las 5 de la mañana.

Continuara….

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